
Siente su aliento en el ambiente. En la soledad de si mismo y en medio de algo que no tiene identidad, porque no tiene ubicación, o porque no sabe dónde es.
Una palabra, puede ser la más importante, o la decisiva, de vida o muerte. Ahí, una palabra nunca es intrascendente. No se puede pensar en el silencio como singular. Y no se puede cortar el tiempo. Los días son eternos, o demasiado cortos, ¿Quién sabe? ¿Importa acaso?
No hay horas pautadas. Todo es desconcierto. Todo es ocaso. La única luz, no ilumina, o si, pero no se puede ver porque es interna. Sólo se sospecha que ahi está, y la esperanza es que esté encendida, para al menos intuitivamente, poder seguirla.
.
