.
Su realidad en su día. Se sorprende a si mismo como su magnestismo por momentos irresistible. Genera algo. Algo que ni él entiende. Algo que ni él puede creer que haya forjado, sin intentarlo, siendo nada más que él mismo.
Pero a la vez, no se dejaba de preguntar si ese era realmente el camino de una mitológica felicidad. Una pregunta que cree, a esta altura de su vida, será infinita en su existencia. Esa y muchas otras preguntas que conviven en su dualidad desordenada, con su inconciente a punto, y su conciente desregulado. Y con su permanente sensación de soledad, en un mundo repleto de gente.