martes, 17 de marzo de 2009

El dulce sabor de la despedida sin decir adios




Carta de un hombre triste, que nunca llego a destino.






"Hoy me doy cuenta que el silencio es mejor, cuando esta todo oscuro alrededor, que mi cabeza debo enfriar y que el tiempo me dirá cuando pensar. No eras para mi, y de esto solo voy a salir. Mi objetivo es tu aroma olvidar, quemarlo, tirarlo al mar.
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Hoy aprendí que una tormenta es peor cuando se recuerda el rencor, que la memoria es fatal, pero el cambio fundamental. El tiempo me ayudará si rescato una estrella fugaz, la misma que me guiará por el camino de la verdad.
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No estaré bien si fracasás, porque todo siempre tiene un final, porque sé que otra piel te ama y tu bienestar, será mi bienestar. Te agradezco por aquellos maravillosos años, la enseñanza y lo que sentí, porque con vos aprendí lo que era ser feliz."




lunes, 16 de marzo de 2009

Hasta acá... y de acá en mas?










Hasta aquí he viajado mucho. Le he encontrado un buen motivo al pero. Me he sumado hasta parecer multiplicado para llegar al punto infinito. He aprendido. He cerrado algunas cosas y he abierto otras que parecían cerradas. He sacado conclusiones. He recorrido uno a uno mis sentidos.
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Sigo viajando. Intento. Intento seguir aprendiendo. Trato de sacar lo mejor de mi. Y busco. Busco guerras interiores. Busco el malestar inconscientemente, queriendo provocar un bienestar olvidado. Busco sacar lo mejor de mi en situaciones ridículamente negativas. Mi pregunta es ¿en donde esta el mérito? ¿Lo hay? ¿Debo seguir buscando o darme cuenta de qué quiero buscar? ¿Es que el mérito es intentar?

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Hoy recibí un recuerdo. Un recuerdo actualizado. Uno que me mostró mi dualidad interior. Uno que me tumbó como si fuese una precaria balsa en altamar, una noche de tormenta. Uno que intento manejar y no puedo. Uno que espero algún día olvide, o sepa llevar. Uno. Sólo uno y me tropecé. No fue en vano pensar un rato, aunque me topé con el borde de aquel pozo al que hace mucho caí y hace poco salí. Dudé si el salir no fue una ilusión y todavía seguía dentro. No fue en vano llorar un rato, porque así descomprimí mi pecho lleno de un orgullo egocéntrico.Por fin hoy mi recuerdo se graduó con honores de nostalgia. Me di cuenta que por fin se disipa la incertidumbre de como debería haber obrado. Por fin puedo decir que no hay vuelta atrás. Por fin puedo darme cuenta que hay que seguir. Por fin.

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Y así, hoy descubrí en mi camino a la esperanza y perseverancia, las que nunca perdí, porque a pesar de todo sigo intentando.