
Y con un zumbido aturdidor, la palabra cayó. Con todas sus letras. Fue en el momento justo que se dignaba a no ser leida. Cuando estaba segura que nadie le iba a prestar atencion. Ella pensaba que iba a pasar inadvertida, y por eso no sabía si tirarse de ese avion que volaba a miles de pies de altura, a una velocidad incalculable. Así que juntó coraje y se dejo caer. Y Cayó. Cayó resignada, pero con la seguridad de su importancia.
Se paró con pié firme en el suelo, y, quedó agazapada a la espera. A la espera que alguno la necesite. Y allí, "encuentro", quedó dos años parada y triste esperando que la encuentren.
Finalmente encontré a "encuentro" en el callejón de mis pensamientos. Mendigando ser leída. Esperando poder cumplir su misión. Esperando que alguien la encuentre. Alguien que necesite encontrar. Alguien, que necesite encontrarse.
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Enhorabuena entonces.
ResponderEliminarEra predecible ese encuentro, usted es un incansable buscador. Y el que (se) busca, (se) encuentra.
En eso estamos pues! Gracias por el empujón.
Saludos,
Micaela.
Cayó resignada, pero con la seguridad de su importancia.
ResponderEliminarNo importa que caiga resignada, porque la seguridad de su importancia va a llevarla a la maravillosa transformacion del ave fenix... nunca moriran! esas palabras son las fuerzas para el que se quiera encontrar
Te quiero Tuloooooooo!